SIETE CONSEJOS PARA COMBATIR EL PROBLEMA
El modelo en que los padres afrontan los caprichos de los niños es determinante para cortar con este problema de raíz.
Los caprichos de los niños crecen con ellos.
A medida que el niño crece, sus caprichos son más reflexivos.
CINCO RASGOS DEL NIÑO CAPRICHOSO.-
1.- Es obstinado y tozudo, capaz de recurrir a berrinches, rabietas y otras formas de llamar la atención para conseguir lo que desea, si se le ha negado de forma previa.
2.- No es capaz de apreciar y satisfacer los deseos y necesidades de los demás, es egocéntrico y casi todo gira en torno a sus caprichos y antojos de cada momento.
3.- En general, es un niño infeliz e insatisfecho que solo muestra una actitud tranquila a los pocos momentos de ver satisfechos sus deseos, ya que enseguida se cansas y vuelve a reclamar algo nuevo.
4.- No valora las cosas, de modo que con frecuencia es descuidado con ellas porque sabe que puede conseguir más con facilidad.
5.- Conseguir todo lo que quiere con muy poco o ningún esfuerzo le impide apreciar el valor del trabajo, de la disciplina y de los buenos comportamientos.
SIETE CONSEJOS CONTRA LOS CAPRICHOS.-
1.- Enseñarle a ser consecuente con sus caprichos: es preciso que el niño entienda la diferencia ente capricho y necesidad. Si se cede ante un juguete, hay que evitar sustituirlo por toro en cuanto se abura; tendrá que conformarse con ese por una larga temporada. Si se cede ante cualquier antojo de alimentación, hay que procurar que no lo deje nunca sin terminar, aunque descubra que su sabor no es el que esperaba. De este modo, la próxima vez se pensará algo más las cosas antes de pedirlas.
2.- Poner normas y límites a tiempo: las normas y límites ayudan a los niños a saber lo que deben y lo que no deben hacer. Y cuanto antes se utilicen, mejor las entenderá. Para evitar los caprichos diarios, se han de instaurar determinadas rutinas como comprar chucherías solo los domingos o regalar un juguete en un momento u ocasión especial (cumpleaños, buenas notas, etc....)
3.- Técnica del despiste: con los más pequeños, la solución más rápida y efectiva para evitar las situaciones incómodas en las que reclama un capricho es aplica la técnica del despiste, es decir, buscar una alternativa que no responda a sus antojos, pero que sea atractiva para distraerle y hacerle olvidar el objeto de deseo.
4.- Todos por igual: es importante que la labor de educar para evitar los caprichos se lleve a cabo de la misma forma por parte de ambos progenitores. Si uno de ellos siempre se muestra más permisivo que el otro, es probable que el niño termine por acudir siempre a él ante una negativa de un capricho que, al final, se le concederá.
5.- Cuidado con las excepciones: es habitual que determinados familiares o amigos adultos sean más permisivos con los niños y cedan a sus caprichos. No hay que prohibirle este actitud, pero sí es necesario hacer entender al niño que son situaciones excepcionales que no se debe exigir lo miso en todas las ocasiones.
6.- Trabajar las recompensas: cuando el niño tenga un capricho, se le puede imponer la realización de una tarea concreta o el logro de un determinado objetivo para poder conseguirlo. De esta forma, aprenderá a apreciar el valor del esfuerzo por obtener las ocas y, en muchos casos, se dará cuenta de si la necesidad de poseerlo era real o no.
7.- Buscar otras alternativas: en ocasiones, los caprichos son tan solo una forma de reclamar mayor atención por parte de los adultos. Por eso, la mejor altenativa al capricho es muchas veces una recompensa inmaterial que represente una forma de pasar más tiempo con el niño.
FUENTE: http://www.consumer.es/web/es/bebe/ninos/2-4-anos/2012/04/25/208839.php