A continuación, se enumeran cinco consejos para potenciar la autoestima de los padres proporcionados por la psicóloga Amelia Fuentes para potenciar la autoestima de los padres.
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Valorar el esfuerzo, no los resultados
La misión principal de un padre o una madre es la de propiciar el aprendizaje y el crecimiento de su hijo en un entorno seguro,
que le brinde posibilidades de experimentar y que facilite su
felicidad. Si los objetivos por los que se mide la valía del niño están
basados en los resultados, existe el riesgo de que la valoración del
pequeño (así como la de sus padres) se vea afectada de forma negativa.
Para sentirse realizados como padres hay que ser consciente de todo lo que se desea hacer y se hace por los hijos
Resulta mucho más idóneo destacar el esfuerzo, pues de esa manera se transmite el valor del trabajo, más allá de que se obtengan éxitos o no. El éxito no se puede controlar, pero sí el esfuerzo realizado en una tarea, que, además, es más cercano y medible. Además, el esfuerzo que se estima no es solo el de los niños sino, también, el de los padres. Lo apropiado es valorar el papel de los padres por las tareas del día a día que propician que los hijos se desarrollen como personas felices. Ocuparse cada mañana de que los pequeños desayunen, contarles un cuento, explicarles por qué algo que han hecho no está bien, etc. El éxito para sentirse realizados como padres está en ser conscientes de todo lo que se desea hacer y se hace por sus hijos.
Un dato importante: los objetivos de los adultos respecto a la crianza deben incluir no solo obligaciones sino, también, actividades que les resulten agradables compartir con los hijos. A menudo, se deja de lado el tiempo de disfrute, que también son momentos fundamentales para los niños.
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Organizar horarios semanales
Es importante que esta organización incluya actividades conjuntas, sobre
todo, actividades agradables. Las tareas extraescolares son muy
importantes, pero se deben pensar otras actividades, más placenteras, de
entretenimiento y, de ser posible, de ocio activo. Lo idóneo es que tanto las tareas como los horarios estén pactados entre todos los miembros de la familia.
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Evitar las comparaciones con otros padres
Esto es imprescindible. Cada persona es única y cada sistema familiar es
especial. Por eso, no es posible compararse como padres con ninguna
otra persona. Además, hay que tener en cuenta que, en situaciones
sociales, muchas personas proyectan una imagen que retrata lo mejor de
sí mismas, que esconde los problemas y aspectos negativos. Si uno se
compara con esa imagen, lo más probable es que siempre salga mal parado.
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Centrarse en los aspectos positivos
Una buena técnica para lograrlo es utilizar un momento al final del día para conversar
sobre las cosas positivas realizadas -o vividas- por cada miembro de la
familia durante la jornada. Esta actividad fomenta la comunicación y
resalta aspectos positivos, al tiempo que evita centrarse en los
problemas, dificultades y fracasos. Además, posibilita que cada miembro
de la familia apoye y se sienta involucrado con las experiencias de los
otros, de una forma natural.
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Ser conscientes de lo que se vive
A veces resulta difícil, pero se disfruta muchísimo más de la paternidad o maternidad, si se hace el esfuerzo de no contaminar los momentos compartidos con los niños
con preocupaciones propias de otros ámbitos, en particular del trabajo.
Para quien es capaz de centrar toda su atención en lo que vive en ese
momento, el nivel de satisfacción será muy superior.