La delgada línea azul de la inteligencia.
Los niños superdotados aprenden más rápido que el resto de sus compañeros y lo hacen utilizando recursos intelectuales diferentes (lingüísticos, numéricos, espaciales, creativos, etc.); es decir, hay una diferencia cuantitativa: aprenden más en menos tiempo, y una diferencia cualitativa: procesan y codifican mejor la información.