viernes, 16 de mayo de 2014

CONSEJOS PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN CON NUESTROS HIJOS


Estar disponibles.
Observemos y estemos atentos sobre el momento en el cual nuestros hijos tienen más ganas de hablar, por ejemplo: a la hora de dormir, antes de la cena, en el coche. Y sea el momento que sea el que tengan más ganas de hablar ...debemos estar disponibles.

Iniciemos nosotros la conversación, no tengamos miedo. Preguntémosles cosas sobre su vida cotidiana, hagámosles saber que nos importa lo que les ocurre en sus vidas, lo que piensan, lo que sienten.

Busquemos un momento a la semana para hacer una actividad de uno-a-uno con cada uno de nuestros hijos, y evitemos que cualquier otra actividad no la interrumpa. Ese es su momento, no lo estropeemos.

Aprendamos acerca de los intereses de nuestros hijos, por ejemplo; su música favorita y actividades, ... y mostremos interés en ellas.

Inicie conversaciones compartiendo alguna cosa sobre lo que hemos estado pensando, esto favorece el diálogo más que una sencilla pregunta que puede responderse con un sí o con un no.

Transmitirles a nuestros hijos que les estamos escuchando.
Cuando iniciemos una conversación con nuestros hijos, y ellos nos estén hablando de sus cosas, intereses, preocupaciones, ... procuremos dejar lo que estemos haciendo (nada de tele, móviles, tablets o cualquier otro elemento o actividad que debilite la comunicación). Lo único que debemos hacer es escuchar.

Si estamos hablando con un adolescente, intentemos estar en esa delgada línea en la que mostramos interés en lo que están diciendo sin ser entrometido.

Escuchemos sus puntos de vista, aunque sea difícil de escuchar.
Dejemos que acabe de hablar antes de responder.
Un buen modo de transmitir que estamos prestando atención y que escuchamos lo que nos dicen es repetir aquello que nos acaba de decir, para asegurarnos también que hemos entendido correctamente sus palabras.

Responder de manera que nuestros hijos nos oigan

Paciencia. Intentemos evitar reacciones fuertes como los gritos o regañinas. Los niños parece que se desconectan cuando nos en enfadados y no nos escuchan. Solo nos ven enfadados.

Expresemos nuestras opiniones sin menospreciar las suyas; es importante reconocer que está bien estar en desacuerdo.

No tiene sentido discutir sobre quién tiene la razón, así que intentemos evitarlo. Es mejor un mensaje del tipo "Sé que no estás de acuerdo conmigo, pero esto es lo que pienso."
Centrarnos en los sentimientos de nuestro hijo en lugar del nuestro durante su conversación facilita el entendimiento y hace más fácil la comunicación.