Cómo ahorrar agua
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Baño:
Darse una ducha en vez de un baño es una medida conocida y fácil de llevar a la práctica. Por cada ducha de cinco minutos se consumen unos 100 litros de agua; sin embargo, en llenar la bañera se gastan en torno a 300. También se ahorra si se cierra el grifo mientras dura el cepillado de dientes.
Si se puede, resulta muy útil instalar inodoros con doble descarga, donde uno de los botones solo emplea la mitad de la cisterna y el otro toda su capacidad. En función de las necesidades de cada momento, se puede usar una u otra opción. Quien no los tenga, puede introducir una botella llena de agua en la cisterna para utilizar menos agua.
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Cocina:
Si se lavan los platos a mano, se debe mantener el grifo cerrado cuando se está enjabonando y abrirlo en el aclarado. Y se puede llenar menos el cubo para fregar, ya que con un tercio del mismo es suficiente para limpiar los suelos de la casa.
También es importante arreglar las fugas que puedan tener los grifos. Los escapes de agua y los goteos pueden suponer pérdidas de hasta 100 litros de agua al mes.
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Jardín:
Sobre todo en los meses de verano, o en las zonas cálidas, para evitar que el agua se evapore con rapidez, lo mejor es regar el jardín a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde. Y si se puede, lo idóneo instalar un sistema de riego por goteo y tener depósitos para almacenar el agua de lluvia.
Ahorrar luz
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Aprovechar la luz natural: mantener subidas las persianas y abiertas las cortinas mientras haya claridad en el exterior ayuda a beneficiarse de la luz y el calor solar.
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Encender las luces solo cuando sean necesarias, y
apagarlas cuando no haya nadie en las habitaciones o zonas de la casa,
supone reducir la factura eléctrica del mes siguiente.
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Pintar techos y paredes de colores claros: la sensación de luminosidad es mayor y permanece por más tiempo en fondos blancos, cremas o de tonos pastel.
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Sustituir las bombillas tradicionales, incandescentes, por las eficientes: estas proporcionan la misma luz, duran ocho veces más que las convencionales y ahorran hasta un 80% de energía.
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Electrodomésticos:
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Frigorífico: hay que colocarlo en un lugar fresco,
ventilado y lejos de los focos de calor. Además, conviene mantener la
parte trasera de la nevera limpia y separada al menos un par de
centímetros de las paredes. También es esencial descongelar y limpiar a menudo el frigorífico, antes de que la capa de hielo aumente,
ya que instalado en malas condiciones puede consumir un 15% más de
energía. Nunca hay que dejar abiertas las puertas, pues unos pocos
segundos son suficientes para que se pierda buena parte del frío
acumulado, y para recuperarlo, se gastará más energía.
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Lavadora y lavavajillas: como es conocido, pero no
siempre se cumple, hay que cargar por completo estos electrodomésticos
para ahorrar agua y electricidad. Además, el mayor gasto de energía,
tanto en uno como en otro, se registra al calentar el agua, por lo que
seleccionar temperaturas bajas equivale a un ahorro en electricidad.
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Televisión y ordenador: siempre hay que apagarlos si no
se utilizan, pero no se debe hacer de cualquier manera, sino que hay
que desconectarlos a través de los interruptores de los propios
aparatos. En el caso de los televisores, cuando se apagan con el mando a distancia, algunos de sus componentes siguen activados y consumen electricidad.
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Pequeños electrodomésticos: con la plancha, conviene repasar mucha ropa de una vez, ya que gasta mucha energía. Lo mismo sucede con el secador de pelo.
Conviene secarse el cabello al aire, ya que, además de que pueden
estropear el pelo, los secadores consumen una gran cantidad de
electricidad.
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Frigorífico: hay que colocarlo en un lugar fresco,
ventilado y lejos de los focos de calor. Además, conviene mantener la
parte trasera de la nevera limpia y separada al menos un par de
centímetros de las paredes. También es esencial descongelar y limpiar a menudo el frigorífico, antes de que la capa de hielo aumente,
ya que instalado en malas condiciones puede consumir un 15% más de
energía. Nunca hay que dejar abiertas las puertas, pues unos pocos
segundos son suficientes para que se pierda buena parte del frío
acumulado, y para recuperarlo, se gastará más energía.
Ahorro en la factura del gas
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Prevenir fugas: un modo eficaz de conseguir ahorrar en el gasto de esta energía es prevenir las posibles fugas de gas, que obligarán al usuario a una reparación, y esta supondría un desembolso casi siempre elevado.
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Al cocinar con gas: hacer la comida en una cocina con
gas es más barato que con electricidad. Pero puede serlo más aún si se
utilizan recipientes de fondo igual o mayor que las dimensiones del
fogón. Además, hay que tapar las cacerolas y utilizar, siempre que la
receta lo permita, la olla exprés.
Ahorrar en calefacción
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Mantener una temperatura constante: 20 grados es la
temperatura idónea para estar confortable en una vivienda durante el día
y no derrochar dinero. Por cada grado de más, el gasto en calefacción aumenta en un 7%.
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Termostatos: también se pueden colocar termostatos,
para que cuando nadie esté en casa, esta permanezca a 15 grados y el
resto del tiempo suba a 20.
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No cubrir los radiadores: si se ponen cubrerradiadores,
o muebles delante de estas fuentes de calor, este no se distribuye de
forma adecuada. Así, se hará necesario gastar más dinero para subir la
temperatura de la estancia.
Cómo ahorrar en el uso del transporte
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Utilizar transporte público: hay que calcular cuánto cuesta ir al trabajo en coche
y qué ahorro generaría emplear el transporte público. Si el vehículo
privado lo usa solo una persona, el dinero invertido en combustible y
aparcamiento se dispara, así que sería conveniente buscar una
alternativa como el metro o el autobús.
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Compartir coche: si la opción de utilizar medios
colectivos no compensa -no siempre hacen los trayectos adaptados a las
necesidades del usuario-, se puede compartir el vehículo con personas que hagan recorridos similares y tengan horarios parecidos.
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Conducción eficiente: si se usa el automóvil particular, hay que saber que al utilizar bien las marchas, meter bien el embrague
o mantener una velocidad uniforme se ahorra combustible, además de
velar por el medio ambiente. Y si no se conduce con brusquedad, también
se reducirá el gasto en reparaciones por averías o desperfectos.
Ahorrar en teléfono
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Usar el móvil de manera racional: el teléfono móvil
se emplea a menudo de manera excesiva. Algo que hace 15 años apenas
existía, hoy se ha convertido en un instrumento imprescindible.
Controlar estos hábitos puede dar un respiro a final de mes.
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Escoger la tarifa adecuada: elegir la tarifa que se
adapte a las necesidades de cada uno y no utilizar el móvil en horarios
que sean muy caros también ayuda a recortar gastos.
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Cambiar de compañía: si esta no cumple las expectativas
del cliente, hacer un cambio también puede suponer un ahorro a medio y
largo plazo. La oferta de telefonía ha aumentado en los últimos años y
la competencia al captar clientes favorece al consumidor.
Consejos de ahorro en la cesta de la compra
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Antes de ir de compras, es recomendable hacer una lista de las cosas necesarias e intentar no salirse de ella. Es muy tentador llevarse a casa dulces, bebidas o caprichos, pero al final desbaratan el presupuesto.
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Aprovechar ofertas o cupones de descuento permite
adquirir más alimentos con menos dinero. Aunque parezca obvio, solo hay
que comprar lo que se consumirá. Según un estudio reciente, las familias
españolas tiran kilos de comida a la basura cada año. Además de ser
injusto hacia quienes no tienen acceso a los alimentos más básicos,
supone un despilfarro.
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Evitar gastos superfluos: como su propio nombre indica,
son innecesarios. No pasa nada por darse un capricho de vez en cuando,
pero conviene no perder de vista la economía de casa e intentar no
descuadrar el presupuesto con gastos inútiles. Por ello, hay que dar prioridad a los gastos ineludibles y desechar los alentados por un impulso de satisfacción inmediata.
Ahorro también en el banco
La relación con el banco también puede resultar muy gravosa, en forma de comisiones, pequeños cargos... Por ello, no está de más negociar que las entidades no cobren por diversos conceptos, como los siguientes:
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Comisiones de mantenimiento: al abrir una cuenta
corriente, por lo general se eliminan muchas comisiones. En algunas,
incluso, devuelven una pequeña parte de los recibos domiciliados.
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Transferencias: hay que consultar todas las ofertas de
los productos bancarios para conseguir que hacer estas operaciones sea
gratuito. En caso contrario, los clientes que realizan transferencias con cierta frecuencia pueden tener que afrontar un importante gasto todos los años.
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Tarjetas: casi todas tienen cuotas anuales de entre 20 y
50 euros, en función de sus modalidades y categorías. Se pueden evitar a
través de la contratación de otro producto bancario básico, aunque esta
estrategia para ahorrar dinero puede durar solo un año. A través de la
domiciliación de la nómina o pensión, la exención se puede hacer perpetua.
FUENTE: http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/servicios-y-hogar/2013/10/31/218457.php